Ezio Manzini1, uno de los principales promotores de innovación social en diseño escribió estos consejos para los diseñadores interesados en reformular las prioridades de diseño:
- Facilitar y provocar el tiempo para la contemplación. Hace referencia a las ideas del slow design, donde se hace hincapié en el ritmo de las
acciones realizadas, poniendo énfasis en el proceso de hacer algo, más que en el resultado. - Evitar el deterioro de los bienes comunes, fomentando su apreciación, dándoles un valor adecuado y devolviéndoles el lugar y precio apropiados en el esquema económico, para evitar su excesiva mercantilización.
- Buscar austeridad en el uso de los materiales y la preferencia por los que tienen un alto potencial regenerativo.
- Redefinir de la idea del confort basado en la participación y proactividad, teniendo en cuenta que los sistemas, servicios y productos tienen que diseñarse de forma abierta, entendible e inclusiva.
- Fomentar el sentido de comunidad, haciendo resurgir el contexto local, aunque adaptado a lo global mediante las posibilidades de conectividad, creando así un vínculo positivo entre dos plataformas: la social y la tecnológica.
- Incrementar y promover la innovación social, buscando y adaptando las soluciones que surgen como respuestas honestas a los problemas que tocan directamente a los que las proponen. El diseño para la innovación social debe involucrar a la comunidad.
- Aprovechar la posible fusión entre la innovación social y la revolución tecnológica, teniendo en cuenta que la digitalización abre nuevas oportunidades y la innovación social moviliza diferentes recursos sociales como la creatividad, las habilidades, el conocimiento y el espíritu emprendedor.