La definición de desarrollo sostenible, planteada en los años ochenta, y la propuesta del modelo Tripple Bottom Line han dominado la conceptualización de los objetivos del diseño y de la definición del marco de trabajo del diseñador, canalizando sus esfuerzos principalmente a la generación de valor económico. Se trata, sin embargo, de un enfoque incompleto frente al problema actual de insostenibilidad mundial.
“What is missing from the triple bottom line is explicit recognition that human beings are not only gregarious creatures, but also individuals. Further still, we are individuals who are meaning-seekers.”1
S. Walker
S. Walker propone la alternativa de Quadrupple Bottom Line of Sustainability (QBL), donde distingue cuatro elementos que conforman la definición de cultura material: significado práctico, significado social, significado personal y los medios económicos. En el esquema de Walker, los significados social y práctico hacen referencia a los pilares sociales y ambientales del TBL, pero no se centran en el desarrollo en sí, sino que representan un análisis de los valores de la cultura material desde el prisma social y ambiental.
De esta manera, el significado práctico de la cultura material se define en función de las necesidades básicas, subordinadas a las áreas de alimentación, vivienda, vestido y vida saludable, las cuales justifican la preocupación por el medio ambiente.
El significado social alude a valores éticos, tales como un amplio sentido de justicia, paz, compasión y caridad. Esta responsabilidad social puede relacionarse hoy en día con conceptos como los de democracia, derechos civiles, separación entre credos religiosos y estados, así como derechos humanos en su conjunto.
En TBL, el desarrollo sostenible está compuesto por tres pilares igualmente importantes: social, ecológico y económico. Por otra parte, en QBL, la cultura material en pro de la sostenibilidad se caracteriza por tres significados: el básico, el social y el personal. La economía está en el segundo plano de las consideraciones.
The emphasis here is on those choices that are congruent with deeper values and those more profound, meaning-seeking aspects of our humanity. Through advertising and marketing, we are constantly urged toward self-indulgence and pleasure-seeking. However, since the time of Plato and Aristotle, self-discipline, contemplation, and virtue have all been essential aspects of the meaningful life and substantive notions of human happiness. It is also important to note the connection between personal meaning and the other elements of sustainability. For example, deteriorating ecosystems have been linked to a degradation of spiritual fulfilment, cultural identity, and various other factors related to the well-being of the individual.2
S. Walker
El significado personal de la cultura material responde a las necesidades superiores, relacionadas con el significado espiritual y con el contenido trascendente del ser humano, pero no necesariamente con la religión o la fe. Son la sencillez, la integridad, la introspección, la verdad, el autoconocimiento y la libertad de pensamiento; así, esta noción es una plataforma de sentido individual. El significado personal de la cultura material se refiere al valor que proporciona lo material, permitiendo la felicidad y la posibilidad de vivir en coherencia con la visión del mundo de cada individuo. Dicho significado personal alude a los valores de la espiritualidad humana.
Los elementos cotidianos no son solo objetos materiales fruto de una actividad humana, sino también de un conjunto de ideas, de una ideología que ha constituido la base de su creación.
Ignacio Casado Galván
La relación entre diseño, cultura material y sostenibilidad es directa y se construye en el plano material en forma de artefactos, maneras de producirlos, consumirlos y desecharlos, como en el plano espiritual, en forma de valores e ideologías que representan las pautas y objetivos de esta expresión material. Asimismo, el significado personal puede verse como la categoría ausente en la definición del desarrollo sostenible y en la búsqueda de soluciones enfocadas al bienestar sostenible a través del diseño. Parece ser que el factor que reorienta positivamente la práctica del diseño, además de reflejarse en implicaciones éticas y en la moderación de los hábitos de consumo —lo que por su parte reduce el impacto ambiental—, responde a las motivaciones personales hasta ahora no consideradas en la teoría del diseño para la sostenibilidad.