Doordan propone la generación de una teoría de diseño para la sostenibilidad, donde el proceso de su conceptualización incluya el desarrollo de múltiples posibilidades de forma simultánea y la redefinición
del bienestar común, con base en el marco ético de los individuos. Se trata de considerar en esa futura «constelación de teorías» los valores éticos, sociales y espirituales de todas las personas involucradas, tanto diseñadores como productores y consumidores, en el ciclo de vida de un producto. Para ello, la teoría del diseño sostenible debe tener en cuenta la participación de los diferentes actores 1 en los esfuerzos concertados, para imaginar una cultura económicamente viable, vibrante y satisfactoria, no solo capaz de crear, sino comprometida con los estilos de vida sostenibles. Por lo tanto, el papel del individuo debería considerarse crucial en el proceso de diseño.

Dennis Doordan 2 específica las cinco áreas en las cuales puede fundamentarse una teoría del diseño para la sostenibilidad:

  • Modelos económicos que incluyan el costo ambiental y social de los patrones del consumo y sean capaces de incentivar el cambio.
  • Fundamentos del conocimiento que provean a varios actores, como diseñadores, usuarios y educadores, la información necesaria para actuar de manera consistente y significativa.
  • Pautas para generar la legislación que apunten a las cuestiones cruciales de sostenibilidad de forma coherente, para poder modificar o reemplazar los patrones existentes de consumo.
  • Marco ético común que permita entender la naturaleza de los deberes de la humanidad respecto al planeta y a otras personas, aspecto que debe ir a la par con el fomento de actitudes en pro de la participación y maneras de evaluar las decisiones de los individuos.
  • Concepto de bienestar capaz de formar y difundir la reflexión filosófica sobre la congruencia entre valores y necesidades humanas.